Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el 2024 Brasil concentró el 37.6 % del total de Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina y el Caribe, seguido de México (24 %), Colombia (7.6 %), Chile (6.6 %) y Argentina (6.2 %).
La República Dominicana captó un 2.4 %, superando a países como Panamá (1.7 %) y Guatemala (0.9 %), sin embargo, todavía es un valor inferior al de los primeros cinco países. Ante este escenario se vuelve evidente la oportunidad de atraer una mayor inversión extranjera.

Un aumento de la IED traería beneficios directos a la economía como una mayor innovación, generación de empleo formal y mejores salarios. La llegada de nuevas empresas también fomentaría la productividad y la diversificación.
Además, impulsaría el desarrollo tecnológico y permitiría el establecimiento de empresas que produzcan bienes de mayor valor agregado, tanto para aumentar la oferta local de bienes y servicios, así como para exportarla hacia mercados internacionales.
Puesto que la inversión tiende a dirigirse hacia lugares que ofrecen condiciones más favorables para los negocios, el 2.4 % de participación del país evidencia la necesidad de implementar los cambios necesarios para potenciar dichas condiciones.